Querido Nessie,
Durante mucho tiempo has formado parte de mi, solías ser esa cara que ni yo misma quería mirar, mucho menos mostrar y ni que decir de admitir que existías en algún lugar de mi ser. Muchas veces te he rechazado, he mentido para ocultarte, me aterrorizabas y continuamente sentía culpa por tu sola existencia. Poco a poco he ido aprendiendo a hacerme consciente de que estás aquí, a no inquietarme con esa idea, incluso a aceptar que eres parte de mi y abrazarte, porque en ese abrazo me acepto a mi misma. Creo que con este aprendizaje hemos logrado que algunas cosas cambien de forma positiva. Es cierto que aún, en muchas ocasiones me atacas y atacamos a otras personas, me haces daño y dañamos a terceros; pero hoy simplemente quiero agradecerte y reconocer que sin ti, probablemente no tendría un impulso para mejorar cada día, que eres un gran reto constante, porque definitivamente superarme a mi misma es el mayor reto. Gracias querido Nessie, quizá algún día, ya no te necesite y simplemente desaparezcas entre la cálida luz de la claridad.
Todos tenemos nuestro propio monstruo interno, y a veces, llega el momento de agradecer y despedirse, cuando sientas que fue suficiente, puedes escribirle una carta reconociéndolo, dando gracias por lo que haya aportado a tu vida y así soltarlo.